Capacitar a los creyentes en el desempeño de los ministerios que hoy demanda la iglesia y formarlos espiritual y doctrinalmente para edificar el cuerpo de Cristo.
Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.